Una Navidad
Todos los años lo mismo, comienza Diciembre y empiezan los cuestionamientos, donde se hace Navidad, que en mi casa, en lo de mama (o sea mi suegra) o en otro lado; y aunque lleva meses de hablado la confirmación recién llega el 12 de Diciembre y en 12 días hay que organizar todo.
Lo primero es la comida , bueno todos ponemos una cosa y tal otra y así se arma la cena, después llega el tema de la decoración y ahí mi mujer me tortura , que mantel ,vajilla, centros de mesa, servilleteros y algún souvenir; concretado eso, le sigue el arbolito hay que ponerlo en el centro del living para poder cantar a su alrededor ,así que tengo que agregarle metros de cable para que llegue al toma y metros de cinta para pegar ese cable al piso así nadie se lo engancha. Terminamos con eso ahora que sigue? A los colchones!!! Que pedile a este y también a aquel otro y así logramos meter 48 personas dentro de una habitación de 2x2 también conseguimos otra mesa y las sillas correspondientes y luego de todo el trajinar llega el gran día.
El 24 comienzan a caer, excepto mi cuñado que esta con nosotros desde el 21 (igual ni nos enteramos el hace su vida) los primeros en llegar provocan un estampido por parte de mis hijos, están chochos porque llegaron los tíos, luego llegara el resto y comenzaran las rondas de mate, la charla previa y los chusmerios atrasados, también habrá “cuereadas” a los que no están y algunas miradas raras entre los que no se llevan pero ese día disimulan. Antes de la cena, una cerveza reunirá a los hombres y se escucharan cargadas de futbol y clases practicas para comprar el mejor auto al precio de oferta; por el otro lado el mate o alguna nana fizz hará que las mujeres discutan sobre el precio de una mini o las notas del colegio de los chicos.
Llega la cena y la charla pasara de lo superficial del precio de una pilcha a la profundidad del precio del dólar y la mejor forma de invertir la plata (que por supuesto nosotros no tenemos) se tocara la política, la religión y hasta se hablara de sexo, entonces surgirán discusiones picantes en las cuales todos nos daremos la razón como a los locos (al fin y al cabo todos estamos un poco locos) y esto llevara al arroz con leche las canastas y el reclamo de “tongo” que nunca falta.
Entre risas y discusiones llegaremos a los villancicos cantados alrededor del árbol y así en el tercero se escuchara un golpe en la puerta y el mas chico de todos, este año Nahuel, abrirá la puerta y se encontrara con Papa Noel quien le dará un beso y un regalo para su locura; es entonces en ese pequeño instante en que el corazón de mi hijo explota de felicidad que pienso: no fue tan dramático el preparado, ni tan mala idea juntarnos y que importa que halla que viajar, que tengamos gastos o discutamos por boludeces si el premio de todo esto es ver esa carita llena de ilusión y sentir muy adentro nuestro que tal vez ese regalo que estoy abriendo no lo halla comprado si no que lo trajo Papa Noel, porque a veces es lindo seguir creyendo…………
Sergio Manteca Martínez
2 comentarios:
excelente cuñadito, me encanto y sin querer llegue a imaginar por un ratito el sentimiento y la felicidad q te debe generar un hijo, ojala la sienta algun dia, por ahora me lo generan los sobrinos que no es poca cosa, jeje, les mando un beso grande!!
Muy lindo relato cuñado!! Y si, siempre recuerdo esas caritas felices al ver entrar a Papa Noel! Es lo mejor de la reunión!!!!!!!
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